Por Carlos Sánchez Urbano
Tras muchos años poniendo su guitarra al servicio de grandes artistas como Raimundo Amador, Mercenarios, Kiko Veneno o el mítico Silvio, Pájaro se estrenó hace algo más de un año en solitario con el lanzamiento al mercado de “Santa Leone”. Pájaro no es músico convencional. Guitarrista, rockero, cofrade, enamorado del western y surfero, ahí es nada…
“Santa Leone” ha sido una grata sorpresa en el panorama musical español. Se trata de una genial selección de canciones que beben del rock y del blues, pasando por la canción tradicional italiana, swing, un toque añejo de western clásico y sonidos inconfundibles de la Semana Santa sevillana.
Tras las buenas críticas del primer trabajo de este veterano y experimentado guitarrista actualmente se encuentra centrado en la creación de un segundo álbum en los estudios de Happy Place Records de la capital hispalense. Poco se sabe aún de este nuevo disco aún sin fecha de lanzamiento. Solo podemos afirmar que el próximo marzo verá la luz un primer single promocional.
El guitarrista sevillano sigue inmerso en el proceso creativo aunque ha declarado que podría sorprender con un estilo diferente ya que “aún quedan muchos campos y fórmulas musicales por explorar que siente en su alma”.
“Santa Leone” está compuesto por 10 temas en los que también suenan la guitarra de Raimundo Amador, apuntes de Kiko Veneno en letras como “Luces rojas”, los órganos de Julián Maeso o Pive Amador que, en “Las criaturas II”, adapta de forma magistral versos de San Juan de la Cruz. Además de aportaciones de otros artistas imprescindibles como Gecko Turner o Dogo. No exageramos al decir que este disco ya es una pieza de coleccionista imprescindible a pesar de llevar poco tiempo en el mercado. El indiscutible carisma de su autor lo avala.
¿Por qué Andrés Herrera Ruíz es Pájaro y por qué le has dado a tu primer trabajo el nombre de Santa Leone?
Creo que todos los seres humanos tenemos un parecido con algún animal, yo soy pájaro. Voy a todos los sitios silbando, a veces me han reñido en el supermercado o incluso en la sala de espera del médico. Además mi cara es de pájaro y me siento afortunado de no pertenecer al grupo de los «paquidermos». Santa Leone es un nombre original ideado por Raúl Fernandez, define muy bien el disco, Semana Santa y Western (pequeño homenaje a Sergio Leone). Además de otros estilos, Santa Leone es la pieza que abre nuestro primer disco con un sonido muy característico.
¿Qué se movió dentro de ti para tomar la decisión de sacar tu primer trabajo en solitario?
Dejar de ser un vago para mi propia música. Llevo toda mi vida dándosela a proyectos de otros. Eso me ha hecho aprender y siento alegría de haber participado en discos tan ejemplares como Fantasía Occidental (Silvio & Sacramento) o por ejemplo el «Échate un cantecito” entre muchos.
Principalmente la decisión de hacer este disco en solitario me la dio Raúl Fernandez, y conocer a Happy Place Records (Paco Lamato y Joaquín Aneri). Sin ellos no habría nacido Santa Leone.
Este disco es un abanico espectacular de estilos musicales que van desde el rock, al blues, pasando por un brutal aroma a western en el tema con el que abres el disco qué, me juego el cuello, Quentin Tarantino incluiría en alguno de sus films si llegara a sus oídos. ¿Cuáles son las principales referencias e influencias de las que has bebido en este trabajo?
Desde Guadalupe Plata a Silvio, pasando por Elvis y por supuesto las bandas de cornetas y tambores que llevo escuchando desde niño. Pero lo primordial es que este disco no existiría sin el Rock and Roll.
La factura de Santa Leone es exquisita desde el primer segundo hasta el último acorde. ¿Cómo fue el proceso creativo y de producción a la hora de grabar?
La fe en nosotros, ya que este disco se ha hecho a conciencia, no son los temas de toda una vida, se ha hecho sobre la marcha, dia a dia. Recuerdo ir en el bus para el estudio y sacar la grabadora y muy discretamente tatarear y grabar lo que se me ocurría. Llevar una idea al estudio y desarrollarla. No es sentarse en la mesa de estudio y coger lápiz y papel y hala… ¿A escribir? No. Ahora con el segundo usamos la misma fórmula, hacer canciones y punto.
¿De qué hablan las letras de este álbum, qué historias encontramos dentro de él?
Son historias reales. El tema “Perché” nace del desapego, es una historia real. “Luces Rojas” tiene parte de autobiografía y por supuesto tonteamos con la mística aunque podemos acabar en la fiesta de la candela del bidón. Las letras no pueden ser nada más que tus propias vivencias o las de otros.
Fuiste la mano derecha de la leyenda del rock andaluz Silvio, y creo que su aroma se puede percibir en algunos momentos en Santa Leone. ¿Qué huella te ha dejado en lo humano y en lo musical?
Más que huella he sido agraciado con su maestría. Tuve la suerte de acompañarlo casi 20 años y hay momentos que mi vida que huelen a Silvio. No puedo comparar entre lo humano y lo musical porque van unidos. Silvio era filosofía cantada y siempre formara parte de mi vida tanto artística como personal.
En muchos lugares se te define como “mítico guitarrista sevillano, rockero, cofrade y bético”. ¿Qué hay de cierto en esta afirmación y qué nexo de unión podrías establecer entre estos conceptos para que uno te lleve al otro?
Bueno, para ser mítico hay que cascarla antes. Pero quitando lo de bético que es una opción, soy sevillano pero sobretodo un andaluz que vive la música y muere con la guitarra. Tengo que decirte que me gusta la definición que das pero sin el “mítico”.
Has puesto tu guitarra al servicio de grandes como Kiko Veneno, Dogo, Mercenarios Raimundo Amador o el antes mencionado Silvio. ¿Qué recuerdos tienes de esos tiempos?
Mi recuerdo más preciado es la libertad que se respiraba en esos tiempos. Me viene a la mente el gran maestro Tierno Galván, alcalde de Madrid, apoyando a la juventud y valorándola como el futuro de una nación en la que parecía que se iban a cumplir todos los sueños. Eran tiempos de cambios. Los jóvenes estaban descubriendo la cultura y la libertad, algo muy distinto a lo que sufrimos y vivimos ahora.
No has parado de trabajar el directo, has girado por toda España incluso has cruzado el charco presentando este trabajo. ¿Cómo te has sentido encima del escenario?
Es verdad, llevo casi toda mi vida viendo el mundo a través de los cristales de una furgoneta y he viajado y tocado con casi todos los grupos y músicos de aquí, pero cuando es tu propia música la que suena es totalmente distinto. Lo que te viene a tu corazón es enorme, hay momentos en los que me emociono al ver que se cumplen mis sueños, los sueños de un niño que quería ser guitarrista y hacer sus canciones. Además el público te colma de cariño. Los aplausos son el mayor patrimonio de un artista.
Has tocado el pasado mes de marzo en Austin (Tejas), uno de los lugares donde se respira western por los cuatro costados. ¿Cómo valorarías esta experiencia?
Ha sido una de las experiencias más alucinantes de mi vida artística, aunque muy breve. El tiempo se paso volando. Recuerdo con 14 años tocando canciones de Dylan en la punta del espigón (Chipiona) mirando al horizonte que era el rumbo hacia América. Y al final es el sueño se cumplió. Ahora volvemos en marzo a Austin de nuevo y vamos con más ganas si cabe.
Sevilla, tu ciudad de procedencia, es la cuna de grupazos como Pata Negra, Veneno o Triana. ¿Qué crees que se dice de Pájaro por las calles de la ciudad, te encuentras dentro de esa manida pero lapidaria frase “profeta en su tierra”?
Puedo decir que sí. Sevilla me ha demostrado un cariño gigante, me siento muy afortunado de recibir el calor y apoyo de mis paisanos. Son muchos años tocando en este cachito de paraíso. Sí que me siento profeta en mi tierra y lo digo desde la humildad y desde aquí le mando todo mi agradecimiento a los míos. Ya lo dijo Alfonso X, “Sevillanomadejado”.
Me gustaría averiguar por donde te mueves en lo cinéfilo… ¿Cuáles las películas que vuelves a revisar una y otra vez, y cuáles son las bandas sonoras originales que te habría gustado firmar?
Mi gusto es muy generalizado, quitando algunos de los musicales de Broadway (no los soporto), me gusta muchísimo Berlanga. Soy amante del cine español. Hay películas como “Bienvenido Mr. Marshall”, “El Verdugo”, “Plácido”… Muero con los directores italianos, no lo puedo evitar. Firmaría la banda sonora del «El Alamo», «La vida es bella» y toda la banda sonora de “El Padrino” aunque me quedaría siempre con el sonido Spaguetti Western. Si tuviera que ponerle banda sonora a mi vida llamaría a Morricone.
La imagen y la factura de Santa Leone son realmente alucinantes. ¿Te has implicado en el desarrollo de la iconografía tan potente que contiene?
Si. “Santa Leone” tiene más de lo humano que de lo divino y su iconografía es pura épica, como mi música y como mi vida.
Estás inmerso en la creación de tu segundo trabajo de estudio, ¿podrías adelantarnos algo de lo qué nos vamos a encontrar en él?
Vamos a seguir saltando del Mediterráneo al Mississippi que es la ruta más rica musicalmente hablando para mi gusto. Tenemos que desechar canciones y elegir las que el fin sea un disco coherente y que cada corte cuente con el siguiente. Es como un libro y sus capítulos. El segundo disco es el más importante y difícil si ha gustado el primero y no podemos bajar el listón. Confío en que al final el resultado será elegido con la cabeza escuchando el corazón.
¿Qué hay en el horizonte más cercano de Pájaro en estos momentos?
Terminar este segundo disco y prepararnos una gira por toda España cuando regresemos de EEUU.
Pájaro eligió nuestras #SundaySessions esta semana. Hace clic aqui para el playlist.
Para más información sobre Pájaro, visite su:
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